lunes, junio 27, 2016

Carta a un autor novel

De vez en cuando autores noveles me escriben para pedirme consejo. 
Yo siempre procuro sacar un rato para enviarles algunas palabras. 
Estas son las que le he enviado al último que me lo pidió. Me animo a compartirlas aquí después de haberlo hecho en Facebook y que más de 3000 personas las leyeran.
Quizá, si tú también quieres dedicarte a esta, la mejor profesión del mundo, quieras también hacerlo.

Querido Amigo:

Los dibujos que me envías están bien, vas por el buen camino.
Sin embargo creo que todavía no has encontrado un estilo propio que te defina y pienso, en mi modesta opinión, que necesitas perfeccionar el dominio de la anatomía y la composición.
Sólo me envías algunos dibujos sueltos y me resulta difícil saber, viéndolos, cómo te desenvolverías en la realización de un cómic.

Lo cierto es que no se si quieres dedicarte profesionalmente al cómic o prefieres centrarte en la ilustración.

En cualquier caso, para ambas profesiones, hace falta un dominio de la anatomía, la perspectiva y la composición que se desarrolla con mucha, muchísima práctica.
Y, concretamente, en el caso del cómic, es necesario saber narrar, contar una historia, conocer y utilizar los planos justos para cada escena. Mi consejo es que escribas una pequeña historia, da igual que no sea muy buena o muy original, para llenar unas cuantas páginas de cómic. Un par, para empezar. Si quieres no hace falta que te la inventes. Puedes coger un chiste, una anécdota que te haya contado un amigo, un cuento popular o la escena de una película que te haya gustado. Y después trata de contar eso con viñetas, con textos, secuencias. Diseña los personajes y sitúalos en un escenario. Los editores no sólo quieren alguien que sepa dibujar personas. También caballos, coches, edificios, naves espaciales...

Yo puedo recomendarte algunos libros. "La técnica del cómic" de Josep María Beá o "El cómic y el arte secuencial" de Will Eisner son muy buenos, pero no los únicos. Busca por ahí. "Understanding comics" de Scott McCloud también es muy recomendable. Está editado en castellano.
En cuanto a la anatomía los libros de Hogarth son de lo mejorcito que hay.

Afortunadamente hay en internet todo tipo de webs y tutoriales para aprender casi cualquier cosa.
Si realmente quieres dar el salto a la profesionalización hay muchas cosas que, como digo, todavía tienes que aprender. Si esto es sólo tu hobby, estupendo, pero si estás pensando en vivir de ello, te diré, es posible que lo consigas, porque se te ve con talento e ilusión, pero eso no es suficiente. Hace falta muchas horas de tablero, mucha constancia. En una palabra: trabajo.

Yo comencé a trabajar haciendo tiras de prensa en un semanario local con 16 años. En el año 1991. Desde entonces mi obra no ha dejado de evolucionar. Y espero que nunca deje de hacerlo. Cuando un autor piensa que ya sabe todo lo que necesita, su trabajo deja de evolucionar, se vuelve mediocre y repetitivo. Les pasa incluso a algunos de los mejores.

Dibujar tiras de prensa es una manera extraordinaria de aprender a hacer historieta porque el autor se ve obligado a sintetizar la información y contar una historia con un principio, un nudo y un desenlace, en tan sólo tres o cuatro viñetas.
Fíjate en Calvin & Hobbes o en Mafalda. Como cuentan una historia con una economía de medios envidiable.

No se qué edad tienes ni en qué país vives. Ni si quieres hacer cómic de fantasía, costumbrista, o de superhéroes.

En cualquier caso te puedo decir que, ahora mismo, los países que producen cómics y que siempre están buscando nuevos dibujantes son Francia, Estados Unidos y Japón. Yo trabajo fundamentalmente para el mercado francés aunque la mayoría de mis compañeros lo hace para el americano. No conozco un sólo español que haya conseguido trabajar para editoriales japonesas de un modo continuado. Parece que es un mercado difícil en el que entrar. Aunque hay quien ha conseguido trabajos puntuales. Yo mismo vendí una historia autoconclusiva a Kodansha.
Gracias a internet ahora es posible, aprendiendo inglés o francés, trabajar con relativa facilidad para editoriales francesas como Casterman o Dupuis o americanas como Marvel o DC. Pero cada mercado tiene sus propias reglas y hay que saber adaptarse, sobre todo al principio, a las exigencias de cada uno.

Te recomiendo que leas todo lo que puedas y que dibujes todo lo que te sea posible. Que no te cierres únicamente a un tipo de cómic o aun estilo de dibujo, porque hay millones de autores y se puede aprender algo de casi cada uno de ellos. Conocer los clásicos es importante, pero también estar atento a las nuevas tendencias.

Esta no es una carrera de velocidad, es una carrera de fondo. Y lo importante no es llegar rápido a la meta, lo importante es resistir hasta el final. 
Busca grupos afines en internet, acércate a personas con tus mismas inquietudes. Se aprende tanto de los maestros consagrados como de los compañeros que están en el mismo punto en el que tú estás. Su búsqueda puede contribuir a la tuya. No compitas, porque es absurdo. No se trata de demostrar que dibujas mejor que nadie, se trata de alcanzar un nivel profesional óptimo en el te encuentres cómodo. Que te permita contar las historias que necesites contar y del que puedas sentirte orgulloso.

Ese nivel no se alcanza siendo autocomplaciente, pero tampoco autodestructivo. Debemos ser muy críticos con nuestro propio trabajo, pero tampoco debemos deprimirnos si no nos sale a la primera como queremos. A veces sale a la segunda, a la tercera, a la vigésimoquinta... Al final todo acaba por salir si se le dedica el tiempo necesario.

Aprende del trabajo de los demás pero no copies. Copiando a un autor sólo conseguiremos imitar su estilo y, en el peor de los casos, cometer los mismos errores que él comete. Todos hemos copiado alguna vez, todos tenemos influencias, nadie nace sabiendo, pero en el momento que se publica un cómic con tu propia firma debes poder afirmar que todo lo que ahí aparece es de cosecha propia.
Visita siempre que puedas exposiciones de originales. Por muy buenas que sean las reproducciones impresas (o en una pantalla) no hay nada parecido a contemplar el original. Cada original cuenta la historia de su propia creación. En el vemos las manchas, las correcciones, e innumerables matices que ninguna imprenta es capaz de reproducir.

Y, sobre todo, dibuja sólo si eso te hace feliz. Esta profesión exige muchas, muchísimas horas de trabajo. Y si no lo amas realmente dibujar puede llegar a convertirse en una tortura. A veces disfrutarás enormemente, casi siempre, pero otras tendrás que dibujar cosas que no te apetezca, y tendrás que hacerlas quieras o no porque hay que cumplir unas fechas de entrega. Hay que pagar las facturas.
Esto es un arte pero también es una industria.
Espero que mis palabras te hayan servido de algo.
Para cualquier cosa ya sabes dónde me tienes.

Un abrazo.

Sergio